En tiempos de pandemia


 

Nos encontramos en la sociedad del siglo XXI y esta pandemia nos permitió reflexionar sobre muchas cosas que vivenciamos antes, a poner el foco en lo que no valorizábamos que ahora nos estaría faltando. Creo que el contexto que hoy nos atraviesa nos permite darnos cuenta que el espacio físico de la escuela es irremplazable, el rol del docente tiene un valor fundamental y el acompañamiento afectivo que nos estaría faltando en el encuentro con el otro, en ese espacio común que es la escuela nos incita a la melancolía y a pensar cuando pasara todo esto, también nos permite mirar con otra mirada a la tecnología que hoy estaría siendo el medio que nos permite estar comunicados a pesar de la distancia. Tanto escuche esos debates ideológicos, por pensar a la tecnología como el enemigo y hoy la situación nos lleva a pensarla como una herramienta. No digo con esto que debemos dejar de conectarnos con otras prácticas y vivir detrás de una computadora, por decirlo de algún modo, las artes plásticas, la expresión corporal, la música, la lectura de un cuento, que tanto nos permiten conectar con uno mismo, con el otro y expresar. 

Son tan importantes ahora y tan significativas para nosotros y para los niños y niñas.

Quiero destacar la importancia de la escuela como construcción socio cultural, en donde el docente es antidestino, constructor de mundos posibles y donde se ofrecen múltiples accesos a la cultura, hay muchos docentes continuando esta tarea, no con los mismos tiempos, ni tampoco en el mismo espacio, pero hacen todo lo posible para acompañar y trasmitir lo mejor. Para darlo todo en cuerpo y alma como siempre.



Pienso que hoy quiero tener un Estado donde el derecho a la educación sea un pilar irremplazable, donde se haga todo lo posible para llegar a esos sectores más desprotegidos, como se puede observar hay niños y niñas que se encuentran en condiciones desfavorables y están afectados por estos tiempos. Hoy hay muchas necesidades la salubridad, la alimentación y la educación, no es fácil poder llegar a cada rincón del país satisfaciendo estas necesidades, pero veo que la patria que es un concepto tan abstracto esa patria querida formada por luchadores, revolucionarios, y personas solidarias, la vivimos hoy. Hay muchos ayudando, mucha gente comprometida por esta causa de cuidar al otro y eso me llena de orgullo. Veo que a pesar de que esto sea difícil de vivenciar Argentina está siempre unida.

Me atrevo a pensar en instituciones escolares donde el docente tiene en cuenta a cada alumno y alumna independientemente de su contexto sociocultural, económico, religioso, aceptando lo diverso y cuando hablo de diverso me refiero a su cultura, a su personalidad, a su manera de mirar el mundo, a su entorno, a su familia, a todo lo que lo define como único, como diferente al otro, sin juzgar, sin condicionar.


Las instituciones educativas (escuelas formales, educación para adultos, universidades, etc.) quiero pensarlas como facilitadora de la cultura, de los aprendizajes, las experiencias y las oportunidades de conocer, encontrar, mundos posibles que no podrían ser descubiertos de otro modo. Puentes de acceso para enriquecer la vida. Esos puentes serían metafóricamente el lugar físico y simbólico de todas las instituciones educativas que generan transformación, me gustaría y quiero pensarlas como un viaje de ida donde al vivenciarlo ya nada es igual, al caminarlo te permite ascender hacia esa promesa al futuro, al desarrollo interior, cognitivo, físico, social, emocional, espiritual. Por qué la educación nos acompaña si lo hacemos posible para toda la vida.


Por ultimo me gustaría pensar en la familia como institución que acompaña desde el nacimiento a los miembros recién llegados, y que importante que es la familia. Hoy se ha recuperado ese tiempo perdido, con la familia. Antes todos corríamos, y hoy a mucho se nos ha forzado a parar, a compartir otras vivencias en el hogar, todos juntos y aunque haya familias separadas que no puedan visitarse cuando todo esto termine el abrazo será dado con el corazón, porque estos tiempos son para reflexionar y vivenciar la importancia de la familia.


Para finalizar quisiera agregar que los tiempos de antes y los de ahora no son mejores ni peores simplemente son, posesionarnos en nuestro pasado nos permitiría ver el presente, entenderlo, pero siempre estaremos batallando con las transformaciones, con los cambios, si somos una sociedad con valores éticos y morales iremos evolucionando, pero eso depende de que la habitemos, que la construyamos. Las cosas cambian y es bueno aceptar la pluralidad de situaciones que hoy se presentan, y de mirar las dimensiones de una sociedad compleja, diversa, cambiante.





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